Si hace unas semanas (5/11) pudimos ver una velada desde San Sebastián de los Reyes con el combate estelar por el Campeonato de la Unión Europea de peso Gallo entre Jaramillo y Jamoye, ganando este último en un combate muy atractivo para crear afición, la semana pasada (13/11) se pudo ver una velada de boxeo del otro lado del charco, con el combate de fondo entre Manny Pacquiao y Antonio Margarito.
En los primeros rounds del combate se pudo ver cierta igualdad entre los dos contendientes, pero a partir del quinto asalto se vio que la dinámica favorecía al filipino. A partir de ahí el mejicano empezó a tener problemas en su ojo derecho, lo cual llevó al árbitro del combate así como a los médicos a hacer comprobaciones si podía ver por ese ojo ya que estaba bastante cerrado (tenía roto el hueso suborbital). En el octavo asalto ya se veía que era imposible que ganara aún conectando un buen golpe, ya que la puntería en esos momentos no era su fuerte, aunque sí el tesón por continuar.
En el undécimo asalto, Pacquiao ya viendose ganador bajó algo el ritmo para no hacer demasiado daño a Margarito e incluso miró en algún momento al árbitro para que parara el combate ante la clara diferencia entre los dos contendientes, no parándolo este.
Durante el último asalto el filipino cogió varias veces al mejicano para que pasara el tiempo y no hacer más leña del árbol caído.
Al final, ganador por decisión unánime Pacquiao (120/112) en un combate donde se vio su fuerza, resistencia y velocidad pese a la desventaja de tamaño con Margarito.
Pacquiao alzó en este combate el cinturon de campeón del mundo del peso superwelter en versión del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Tiene mérito ya que empezó en supermosca (108 lbs - 48,988 kg) en 1995 y en ese tiempo ha ido ganando títulos y peso hasta este campeonato de superwelter (154 libras - 69´853 kg).
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